Interés general

Luis Fernández: la valoración de la temporada y los puntos suspensivos sobre su continuidad en Quilmes

El entrenador analizó extensamente con LA CAPITAL la temporada recientemente concluida para el "tricolor" en la Liga Argentina de Básquetbol.

Por Marcelo Solari

Entre la satisfacción por la evolución del equipo y la consolidación de las fichas juveniles, y la desazón de haber perdido una serie que podía haber llegado a quinto partido. Así se confesó el entrenador Luis Fernández luego de su segunda temporada al comando del equipo de Quilmes en la Liga Argentina de Básquetbol.

El balance de una campaña con más claros que oscuros, las reglas de la competencia, las dificultades económicas para lo que viene y su continuidad, entre otros temas, en esta extensa entrevista con LA CAPITAL, en la misma sede de Luro y Guido, donde desde hace muchos años trabaja como docente y también a cargo del básquetbol formativo.

-Seguramente hubieran querido avanzar más, aunque en definitiva, el balance de la temporada los situó un escalón más arriba que el año pasado. ¿Cuál es la valoración?

-La verdad es que para mí fueron dos o tres escalones más, con respecto a la temporada pasada. Me gustó cómo jugó el equipo sobre todo después del receso por las fiestas de fin de año. Tuvimos muchos partidos en los cuales el equipo jugó bien, y pudimos conjugar tanto la parte defensiva como la ofensiva. Habíamos tenido partidos con buen desarrollo de la estrategia defensiva pero sin una ofensiva fluida y otros en los que mostramos un ataque lindo, moderno, pero sin hacer pie en defensa. En la segunda parte de la temporada, nos encaminamos y ahí me gustó más el equipo. Eso por un lado. Por el otro, es evidente que mejoramos la posición final. Era el objetivo concreto, estar entre los ocho primeros. Pasa que en Quilmes, una vez que estás compitiendo, siempre se apunta a más. Y si hubiera entrado la pelota de Tuti (Julián Ruiz) o si hubiéramos cortado con falta, que estaba previsto, teníamos mucha fe para el quinto partido en Lanús. Habíamos aprendido la forma de limitarlos ofensivamente, conseguimos trabarlos y por ahí podíamos meternos entre los cuatro, porque le trasladámos la presión a ellos. Pero al margen de todo eso, se logró el objetivo primario.

-¿Hay un tercer escalón?

-Sí, el tercer punto a considerar es que para la próxima campaña, Quilmes, con uno o dos jugadores de jerarquía, o tal vez un extranjero, puede jugar con un equipo con mayoría de pibes formados en el club: Leonel Luna, Agustín Ecker y Axel Marino (podría sumar a Tomás Nally pero ya no está), y todavía quedan Thiago Ghietti, Matías Dominé y Joaquín Koellner, que ya tienen rodaje también. Eso creo que es un logro importante, porque se había planteado como meta para estos dos años y los jugadores están ahí, con muy buen rendimiento en la Liga Federal y alternando en Liga Argentina.

-¿Es como una sensación agridulce?

-Queda el sabor amargo porque uno compite para llegar hasta el final, no para haber salir octavo. Eso vale para los dirigentes, los jugadores, el cuerpo técnico, el club, el hincha. Todos queremos llegar lo más arriba posible.

-Después de pasar la Reclasificación, tocaba el número uno de la fase regular. Pero Lanús no era un primero que metía miedo, sobre todo porque los enfrentamientos previos habían sido equilibrados…

-Exacto. En fase regular, el partido allá lo perdimos en el último minuto y 20 segundos. No metieron una bomba, pasaron al frente por 1 puntos, queremos definir una bola rápido, erramos, nos sacaron 4 y nos desesperamos. Pero los habíamos controlado todo el partido. Y acá, faltando segundos nos metió (Lorenzo) Capponi una bomba y se llevaron un partido que teníamos ganado, casi como el cuarto del play-off, que también estaba para nosotros. Para mi gusto, Lanús y Racing de Chivilcoy fueron los dos mejores equipos de la Conferencia Sur, aunque no fueron los que más nos incomodaban. Pico FC también jugó bien. Pero a nosotros nos molestó mucho más enfrentar a Racing de Avellaneda o a Villa Mitre, equipos muy frenéticos, verticales, intensos.

-Es un tema que siempre se debate esa incongruencia de tener cinco partidos seguidos de local o de visitante y, también, estar 20 o 30 días sin jugar. ¿Le hace bien a la competencia?

-Yo no defiendo este sistema y lo podemos discutir o rebatir y decir si el formato nos gusta o no nos gusta. Pero antes de empezar la temporada lo sabemos todos. Estas son las reglas y más o menos son para todos iguales. Ahora, Lanús estuvo casi un mes sin jugar antes de cruzarse con nosotros. Obviamente llegó descansado pero sin ritmo de juego. Son condicionantes, pero no lo afectó, porque nos ganó muy bien los dos primeros partidos. También hay que entender que con esta forma de competencia se recorre un poco más de la mitad de kilómetros que con el sistema tradicional de parejas. Y por la forma en que se dispararon los costos de transporte, alojamiento y comida, en este contexto económico parece la única alternativa viable.

-Sacando el caso de clubes que pueden tener un respaldo proveniente del fútbol profesional, a partir de esta nueva Argentina, en la que aparentemente los gobiernos no van a tener la posibilidad de apoyar a tantos equipos, el trabajo para la dirigencia de Quilmes, también la de Peñarol o Unión, ¿puede ser menos tortuoso porque están más acostumbrados a trabajar con recursos genuninos?

-Yo no creo que sea menos arduo o menos tortuoso. El trabajo de la dirigencia de Quilmes será el mismo: salir a buscar un presupuesto “X” y, en base a ese presupuesto, organizar el mejor equipo que se pueda. Como nunca tuvo apoyo gubernamental o de alguna institución oficial, no va a cambiar nada. Sí, tal vez, se le complique a algunos clubes que tenían ese tipo de apoyo y ahora no lo van a tener, o van a tener menos. Ya se sabe de algunos equipos que no seguirán en la competencia profesional y otros que tienen muchas dudas. El principal problema es la falta de previsilibidad, porque no es sencillo para ninguna de las partes firmar un contrato sin un parámetro para ajustar si continúa el proceso inflacionario. No somos Noruega, Dinamarca o Suecia, que si aumenta la harina 10 centavos de euro es un tragedia. Somos Argentina, en donde siempre tuvimos problemas y ahora parecen agudizados, lo digo sin ánimo político. ¿Cómo firmar un contrato en base a qué? ¿A un litro de nafta? ¿A un grano de café? ¿A un combo de la famosa hamburgesa? Eso va a ser complicado. Pero conseguir el presupuesto, para la dirigencia de Quilmes, o de Peñarol o de Unión, será lo mismo de toda la vida: los sponsors, el público que acompaña, los socios que colaboran

-¿Hay jugadores con contrato para la próxima temporada?

-Sólo los jugadores del club. No tienen contrato pero son jugadores propios. De las seis fichas mayores (Luis Cequeira, Julián Ruiz, Lisandro Fernández, Emilio Giménez, Tomás Verbauwede y Rodrigo Acuña), ninguno tiene contrato. Y el cuerpo técnico tampoco.

-¿Es viable una temporada más de Luis Fernández como entrenador principal?

-Hoy no lo podría decir. No depende sólo de mí. Hay tiempo. Tienen que estar convencidos los dirigentes y tengo que estar convencido yo. No nos sentamos a hablar todavía. Obvio que hemos hablado de básquet y del equipo, porque yo vengo al club todos los días, pero no en un marco de formalidad. Ya retomé mis actividades con las divisiones formativas. Tengo mi trabajo acá en club como desde hace muchos años. Después se verá si sigo o no a cargo del equipo profesional. No quisiera generar falsas expectativas ni tampoco que se hable de un desgaste o algo parecido porque sigo amando lo que hago, me encanta. Y con mi cuerpo técnico lo hacemos de manera súper profesional, con tanto detalle como si estuviésemos dirigiendo a la Selección.

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